Pedro Caldentey: “se quiere culpabilizar a una generación de gente joven que quiere cambiar el modelo político nicaragüense”

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El director del Departamento de Economía de la Universidad Loyola Andalucía, Pedro Caldentey del Pozo, es especialista en Economía del Desarrollo e Integración Regional Comparada, y ha trabajado en el diseño de políticas de desarrollo con el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España, Unión Europa, CEPAL, OCDE, IICA y los organismos del Sistema de la Integración Centroamericana. Hablamos con él sobre la situación que se vive actualmente en Nicaragua.

(P): Recientemente la Universidad Loyola Andalucía ha realizado, bajo la coordinación de UNIJES, un conjunto de actos en solidaridad con la Universidad Centroamericana de Nicaragua y el pueblo nicaragüense. ¿Cuál es exactamente el objetivo perseguido con estos actos?

(R): Con el acto que celebramos el otro día, aprovechando la visita de Jorge Huete, que es vicerrector de la Universidad Centroamericana y en compañía de José Rodríguez de la Borbolla, expresidente de la Junta de Andalucía, lo que queríamos era asomarnos a los actos de solidaridad que UNIJES, las universidades jesuitas españolas a las que pertenecemos, estamos realizando en solidaridad con el pueblo nicaragüense, con los jóvenes nicaragüenses especialmente y con la Universidad Centroamericana.

La situación en Nicaragua desde el estallido del conflicto el día 18 de abril es muy tensa, ha habido una represión cruenta de los actos de protesta por parte del gobierno que han afectado especialmente a los protagonistas de la propuesta que eran los jóvenes y la Universidad Centroamericana se ha visto especialmente afectada. Hay un deseo de culpabilizar a una generación de gente joven que quiere cambiar el modelo político nicaragüense y que ha sido reprimido con la trágica noticia de las más de 500 muertes que ha habido.

Nuestra relación con la Universidad Centroamericana de Nicaragua es muy intensa desde finales de los años 80, y no podíamos hacer otra cosa que acompañarles en estos momentos de sufrimiento y de protesta.

(P): La situación de Nicaragua junto a los recientes acontecimientos relacionados con la caravana de hondureños rumbo al país norteamericano parece indicar la situación en la región centroamericana es muy vulnerable. ¿Qué puede contarnos al respecto?

(R): Es obvio que en Centroamérica está pasando algo, estos problemas que hay en Nicaragua se combinan con los problemas políticos y con la crisis democrática que hay también en Honduras y Guatemala. Yo creo que es un final de etapa en Centroamérica después de los acuerdos de paz de los años 80, y esto está teniendo manifestación en todas las protestas.

Yo acabo de venir de Centroamérica, de realizar una evaluación de un programa que se llama Mesoamérica sin Hambre de FAO con financiación del gobierno mexicano, y he tenido la oportunidad de cruzarme con la caravana de emigrantes que ha tenido tanta repercusión global con su conciencia con las elecciones estadounidenses. La caravana manifiesta muy bien lo que está pasando en Centroamérica: cómo la región expulsa a su gente por causas diversas: la violencia de las pandillas, las dinámicas excluyentes de las economías centroamericanas, la pobreza rural, los efectos del cambio climático y la sequía en el corredor mesoamericano y otras zonas de la región.

La situación es tan complicada para las familias, los jóvenes y los centroamericanos, que la alternativa de recorrer miles de kilómetros en situaciones adversas y en camino hacia países que no te van a recibir bien necesariamente, es mejor que la opción de quedarse sin oportunidades y presionado por la violencia y los demás problemas a los que la región está sometida en estos momentos.

Yo creo que hay un momento de cambio generacional, de reclamo generacional intenso en la región que tiene que ver con todas estas cosas que mencionaba. Creo que los jóvenes quieren liberarse de los discursos, las caras y las propuestas que llevan 30 años sin dar especial resultado y por eso reclaman cambiar y reclaman respuestas con tanta fuerza.

(P): Dado que el mes pasado se conmemoraron los ‘12 años del Fondo España-SICA’, del cual fue usted Asesor Principal en su primera etapa, ¿podría decirnos si este instrumento de cooperación regional con Centroamérica tiene herramientas para contribuir a resolver la situación actual en la región?

(R): A nosotros, en la Universidad Loyola Andalucía y en la Fundación ETEA, nos ha parecido siempre que en una región como la centroamericana, de países pequeños, entre Norteamérica y Sudamérica (en una zona de tránsito y de cruce de culturas), el enfoque regional de sus problemas ha sido especialmente relevante. Y en ese enfoque regional de lo que pasa en Centroamérica, la integración de países pequeños con recursos limitados es muy importante, tanto en términos de investigación como de asistencia técnica, como de docencia y de colaboración universitaria.

Nuestra colaboración con la región es intensa y por eso apoyamos desde distintos ángulos a la Cooperación Española y al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, en el Fondo España-SICA que es el instrumento de cooperación y diálogo político entre el sistema de la integración centroamericana y España. Hemos celebrado este año los 12 años del fondo España-SICA, primero en Madrid y después en El Salvador, donde acudimos Vicente González Cano y yo, que hemos sido asesores principales del fondo, a celebrar un trabajo que fue muy fructífero porque ayudó a fortalecer las instituciones del sistema, ayudó a generar políticas públicas regionales que dan respuesta a alguno de los problemas de la región y ayudó a tejer determinados consensos en el conjunto regional.

Hemos tenido el gusto de participar en procesos muy importantes para Centroamérica como la estrategia centroamericana de desarrollo rural territorial centrada en generar oportunidades y soluciones en el mundo rural, o en la compra conjunta de medicamentos o en políticas asociadas a turismo y a otros sectores productivos, y en particular al difícil trabajo de gestionar intereses comunes y a veces menos comunes en las instituciones del sistema, de todas formas, la integración centroamericana tiene la dificultad que tienen los gobiernos centroamericanos que es de enfrentarse a múltiples problemas, de intensa gravedad con recursos escasos, y es un proceso lento de años y décadas, pero la integración regional y los programas que la apoyan como el fondo España-SICA son un elemento principal complementario a las acciones nacionales que es fundamental que prosperen.

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