En un estudio de ESADE se constatan que el empleo de inclusión tiene un positivo impacto social

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La creación de empleo para personas con dificultades en el acceso al mercado laboral, con capacidades diferentes o en riesgo de exclusión social, empleo de inserción, no solo tiene impacto en el trabajador, sino también en su familia, la empresa, la sociedad y el Estado. Esta es la principal conclusión del estudio “Empleo con impacto social: el caso de Momentum Project”, presentado en ESADE, y para el que se han entrevistado a diferentes empresas sociales que dan empleo a más de doscientos trabajadores de este colectivo. El sector de la empresa social, es el más sensible a su situación y, por este motivo, el Instituto de Innovación Social de ESADE, con la colaboración de BBVA, ha querido acercarse a él y conocer cuáles son las repercusiones de la inclusión de estos empleados en su plantilla.

Ante todo, impacto en la persona

De entre todos los impactos que genera el empleo de inserción, el beneficio más directo y que experimenta el impacto más visible es para la propia persona a la cual se ofrece el puesto de trabajo. Para la gran mayoría de los empleados consultados en el informe, el principal impacto se da en el bienestar material, es decir, la disposición de dinero para comprar lo necesario, tener una vivienda y un lugar de trabajo adecuado. Las otras dos dimensiones más citadas tienen que ver con el desarrollo personal, es decir, con la posibilidad de aprender distintas cosas, la realización personal y la adquisición de conocimientos; y con el aumento de la cantidad y de la calidad de las relaciones interpersonales. Tras estas categorías, existe una gran diversidad de impactos, entre los que el Instituto de Innovación Social de ESADE destaca la estabilidad de las enfermedades psíquicas; el abandono de las drogas, en el caso de los adictos; la mejora de la autoestima y bienestar emocional; la socialización y sentimiento de pertenencia a un colectivo; la visibilidad y aceptación de las propias circunstancias; la independencia y autonomía en el plano personal y económico; una mayor motivación, desarrollo personal y mejora de perspectivas; mejora de conocimientos y aptitudes; la autodeterminación y asunción de responsabilidad laboral; y una mayor estabilidad emocional y confianza en sí mismo.

Impacto en familia, empresa, sociedad y Estado

Uno de los impactos menos considerados en el empleo de inserción, pero que tiene mucha relevancia según ha verificado el estudio de ESADE, es el que experimenta el entorno del trabajador, especialmente su familia. De hecho, las empresas de inserción laboral consultadas han admitido que tienen algún tipo de actividad destinada a ésta. La mayoría de ellas se centran en la información y la sensibilización, los consejos personalizados y la organización de actividades para las familias.

Las empresas que facilitan este tipo de empleo han de ser sostenibles y las personas de inserción han de tener una parte activa para consolidar el crecimiento de la empresa y, por consiguiente, su propio puesto de trabajo. Existe la percepción generalizada de que el empleo de inserción es menos rentable para la empresa por el hecho de considerar que los empleados en inserción son menos productivos que los demás. Sin embargo, el análisis de los resultados de las empresas consultadas —participantes en Momentum Project— demuestra lo contrario, un aumento de la competitividad, derivada, en la mayor parte de los casos, por la motivación de sus empleados.

Por otra parte, y en lo que se refiere al ámbito de la Administración del Estado, el estudio del Instituto de Innovación Social ESADE revela que el empleo de inserción favorece el descenso del gasto en las prestaciones sociales para estos colectivos y el incremento de la recaudación en concepto de cotizaciones sociales e impuestos —a mayores ingresos, mayor consumo— que, a su vez tiene un impacto positivo en la economía. “De esta forma, el Estado evita una situación de pobreza y drama social, puesto que se elude que un sector productivo de la población se convierta en un sector inactivo de la sociedad”, comentan los autores del estudio.

La sociedad es, por último, una de las grandes beneficiarias de la generación de empleo entre el colectivo con capacidades diferentes y en riesgo de exclusión social, ya que contribuye a mejorar la percepción que la sociedad tiene de él. De hecho, las empresas consultadas contribuyen a ello mediante diferentes actividades entre las que destacan cuatro: la información corporativa, el diálogo formal e informal, la celebración de talleres informativos y la elaboración de artículos en medios de comunicación.

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