“El profesional de las finanzas es un agente moral”

Se presenta en Comillas el libro Ética de las finanzas, cuyo objetivo es hacer una sociedad más justa en la que se gane dinero aportando valor.

El libro “Ética de las finanzas” (colección de Ética de las Profesiones de UNIJES) está concebido como un proyecto de investigación interdisciplinar, y en él se muestra “una perspectiva desde la que se concede un alto protagonismo a la ética”, según Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales. “Debemos preguntarnos qué hemos hecho mal en las finanzas para que hayamos acabado en la situación en la que nos encontramos, y la banca ha de reflexionar sobre su comportamiento en esta crisis”, concluyó.

Desde los años 80, el mundo de las finanzas ha experimentado un crecimiento espectacular, aunque sus métodos no siempre han sido los más adecuados ni los más éticos. Por esa razón, es necesario un replanteamiento de la disciplina desde la ética, con el objetivo de lograr “una sociedad más justa en la que se pueda ganar dinero a cambio de aportar valor y justicia social”, según José Luis Fernández, Director de la Cátedra de Ética Económica y Empresarial de Comillas, que presidió la presentación del libro.

Este cambio de rumbo podría conseguirse gracias a las nuevas generaciones de financieros. “El profesional de las finanzas es un agente moral: la ética debe ser su columna vertebral y sobre ella debe tomar decisiones”, sentenció Raúl González Fabre, profesor del departamento de Gestión Empresarial de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Comillas y uno de los autores de libro junto a Fernando Gómez Bezares (Deusto) y Carmen Ansotegui (ESADE). Por eso, el profesor recomienda a los nuevos profesionales de las finanzas “mantener su malestar” hacia la manera poco ética en que se hacen las cosas “hasta alcanzar una posición con el suficiente poder como para cambiarlas desde la ética”. La transformación también llegaría de la mano de cambios globales que “pongan las finanzas al servicio del bien común”, como afirmó Gómez Bezares. Para ello es necesario una regulación y supervisión más eficaz no solo a nivel nacional, sino global, porque, de lo contrario, “la actividad económica se iría donde hubiera menos regulación”.